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14 diciembre 2017

Han matado a un legionario

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Miquel Giménezvozpopuli autores
Miquel Giménez

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OPINIÓN

Han matado a un legionario

Rodrigo Lanza, el presunto autor de la muerte de Víctor Laínez
Rodrigo Lanza, el presunto autor de la muerte de Víctor Laínez Europa Press

Víctor Laínez ha sido asesinado en Zaragoza por el simple hecho de llevar unos tirantes con los colores de la enseña nacional. Este catalán de Terrassa ha caído víctima, presuntamente, a manos de un individuo que ya fue condenado por un acto igualmente deleznable. Ningún partido de izquierda o separatista pide siquiera un recuerdo para él.

El mayor honor es morir en combate

Víctor era Caballero Legionario. La Legión se rige, más allá de ordenanzas y leyes que van y que vienen, al igual que va y viene la historia, por su Credo. Se divide, para quienes que lo desconozcan, en diferentes apartados que denominamos Espíritus. El calificado como Espíritu de la Muerte dice: "El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde".

Así ha sido. Su muerte a manos, presuntamente, del ultraizquierdista Rodrigo Lanza, condenado en su día por la agresión a un policía municipal en Barcelona, ennoblece al caído, mientras que envilece al criminal. Con las manos manchadas, estará condenado por siempre jamás a vivir la existencia miserable del cobarde que mata como si de una fiera salvaje, irracional, ebria de odio, se tratase.

El presunto asesino, acompañado por dos personas más -tres contra uno, ¡qué valientes! - golpeó a Víctor con una barra metálica en la cabeza, tras increparlo con gritos de facha. Ya en el suelo, no satisfechos con su bastardo proceder, le dieron de patadas antes de huir dejando atrás suyo a un hombre muerto por llevar una prenda con los colores de España. Por este simple hecho te pueden asesinar actualmente en nuestra tierra. Muy pocos de nuestros políticos en campaña, salvo honradas excepciones, van a rasgarse las vestiduras. Imaginen si llega a pasarle a una persona que hubiera lucido una estelada. Todos los medios de comunicación sacarían en portada la noticia; las tertulias hervirían con los progres de salón indignados ante la violencia fascista; los separatistas y podemitas, todos amigos de ETA, Otegi o de cualquier banda de asesinos que tenga a gala perpetrar crímenes contra inocentes, convocarían minutos de silencio, manifestaciones, escraches, quema de containers, en fin, la de Dios.